Resulta asombrosa la escasa empatía que demuestran los políticos de todo
signo hacia sus conciudadanos.
A todos nos ha sorprendido la reacción de Angela Merkel ante
la filtración de que su móvil fue espiado. Ya se sabía que eso había sucedido
con millones de conversaciones de otros alemanes, pero eso no era motivo para
tomar ninguna medida. Millones de conversaciones pinchadas de miles de alemanes
no son nada si se compara con las de una alemana en particular: Ella.
El mensaje que
encierra esta reacción "Mir ist es gleich, dass die Deutschen ausspioniert
werden. Wenn ich ausspioniert werde, wird Deutschland ausspioniert", (si
espían a los alemanes no importa, si me espían a mi espían a Alemania) pone de
manifiesto una vez más la desconexión entre las autoridades y sus ciudadanos.
De ahí el título Ich bin das Volk “yo soy el pueblo”
Tras semanas de silencio cómplice, al conocerse este dato en un ataque de
enfado se apresuró a declarar que si se espiaba a la canciller se espiaba a
todos los alemanes. ¿Y antes no Frau Merkel?
Lamentablemente supongo que esto es extrapolable al resto...
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