El otro
día vi una vez más la película “Que bello es vivir” de Frank Capra. Pasando por
alto un argumento que no es más que una revisión del cuento de Navidad de
Dickens, esta película refleja las consecuencias perniciosas que la codicia de
algunos y el individualismo de otros causan en la sociedad. En definitiva muchas
de las desgracias que se viven hoy que me han permitido ver la cinta con otros
ojos.
Envuelta
en estas referencias cinematográficas me he permitido buscar un retrato similar
en nuestro cine y casi sin querer me he topado con la imagen del cartel que
publicitaba la película “Los santos inocentes” de Mario Camus. Esta película y
el libro en el que se basa pretendían ser un retrato social tremendo de un
periodo concreto de la historia de España en la que la sociedad se estructuraba
entre los individuos útiles y los prescindibles.
Parecía
que habíamos dejado atrás esos tiempos, pero como en el caso de la cinta de
Capra, esta escena merece una revisión. Este retrato de semiesclavitud muestra
como a sus protagonistas se les exige no solo su trabajo, sino también hasta la
última gota de su sangre.
Y
hablando de sangre, tengamos en cuenta aparte de los anteriores anuncios de
recortes y medidas injustas, los titulares relativos al informe del comité de
expertos en relación a la espetada reforma fiscal. Solo alguno de los
titulares:
Subida
del IVA reducido (IMPUESTO INJUSTO NO PROPORCIONAL). Bajada del tipo marginal
(INJUSTO). Subida del IBI (¿?). Medidas para mejorar la lucha contra el fraude
(¿Cuáles? SIN CONCRETAR). Y más… juzguen ustedes mismos si es reforma o
contrarreforma.
Los santos inocentes_Collage, 2014_Mariasun Salgado |